martes, 4 de enero de 2011

Duele. Una vez más.

Yo. La que nunca cede, la loca ,la impertinente a la par que encantadora, la que siempre ríe, la que nunca viste llorar.
Tú, el chico que muestra lo que es, sin enseñar nada. El que sonríe,sin saber lo que significa su sonrisa, el que prefiere estar con cincuenta amigas, que con una sola.




La niña que creía en cuentos de hadas y en las perdices para comer, creció. Y se convirtió en una muchachita que supo amar ( y mucho ), a lo largo del tiempo, conoció la realidad y dejó de aparentar ser un corderito degollado por el amor.
La chica libre, la chica que se divertía sin pensar en el mañana, pero ese fue su problema,solamente aparentaba. En el fondo,( y no tan en el fondo para quien la conociera bien) temblaba por no volver a encontrarse con el chico que le hiciera dar vueltas la cabeza, que la dejara con el estómago vacío todo el día y le hiciera sonrojar sólo dedicándole una mirada.
Seguía siendo una maldita niña cursi.
Pero, un día, el chico tan temido apareció, repercutiendo más en su vida de lo que él pudiera llegar a imaginar nunca.
¿ y ahora? ¿ Qué ha sucedido con ella? Ella sucumbe a una batalla entre lo dulce y lo oscuro, entre lo blando y lo duro, entre el amor sin límites y el sexo sin compromiso.
Y en el mundo real, se sabe qué parte ganará, sin terminar de leer el cuento.

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