domingo, 31 de octubre de 2010

Un filtro de la inspiración.


Cuando eres feliz, cuando crees que nada puede ir mejor que hasta ahora, cuando ves que se te ha cumplido un gran sueño y todo continúa como lo habías planeado, rodeado de la gente maravillosa de siempre y de la nueva que has conocido hace menos de un mes, pero que, realmente piensas que estarán ahí durante cientos de meses más..en ese momento, en ese preciso momento...La inspiración vive en una dimensión paralela a la tuya y como todo es perfectamente perfecto a tu alrededor, parece como si las palabras no quisieran mostrar su talento, no quisieran mostrar sentimientos porque no hay nada de lo que hablar. La sencilla armonía de la tranquilidad brinda enormemente orgullosa de que ni una pequeña gota de nostalgia y tristeza caiga de su copa. No existen las palabras cuando todo va bien. Sólo se quedan las bonitas vibraciones de tu cuerpo al sentirse completo. No hay tiempo para pararse a escribir. Se necesita toda la energía posible para que fluya todo lo positivo más allá de tu aura.Más allá.

Sin embargo, un BUM! puede cometer el delito de que de un día para otro, en una milésima de segundo, todas tus buenas vibraciones, desaparezcan. Todo lo malo, el caos, la frustración, la melancolía, la desmotivación resurgan como titanes. Y entre ellos, mezclado como uno más, vuelve la inspiración, agazapada desde hacía tanto tiempo, aguardando su momento para volver con más fuerza. Para que las teclas de un ordenador o la tinta azul de un bolígrafo no paren de temblar al escupir palabras, letras desordenadas que poco a poco van cobrando sentido y te ayudan a desahogarte, a sobrevivir sin lágrimas, porque las ocultan, las cubren de verdad, las palabras se solidarizan contigo y se convierten en tus mejores amigas para ayudarte a contarle al mundo todas las injusticias o mejor dicho, todas las realidades que acometen al mundo, y mientras ,tú, mientras tragas tus infantiles lágrimas, relatas , pues es lo único que sabes que puedes hacer bien. Miras a través del mundo, mientras sigues sentada en esa vieja silla de madera que no hace que te sientas mejor, pero tienes que recibir a la inspiración con la mejor de tus sonrisas y un folio donde escribir todo lo que ella cuente. Así , todo será más fácil.

Fotografía: Lina Scheynius. (musa.)

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