martes, 8 de noviembre de 2011

Llamadme estúpida. Quizás lo sea, si a estas alturas sigo confiando en que todo sucede por alguna razón. A lo largo del tiempo vas conociendo gente, mucha gente. Cientos de caras, miradas, cuerpos, voces que te van formando, cambiando y a veces destruyendo.  Te moldean, te crean rasgos y comportamientos que sin ellos nunca hubieras imaginado tener. Un día, sin que estuviera en tus planes, aparece un grupo de personas que llegan para quedarse. Bueno, aunque llamarles personas es un apelativo bastante suave para ellos. De repente en tu vida, las palabras autodestrucción, bombas, foguetes, aniquilar y demás sinónimos de caos y locura parecen ser el tema del día. Ningún fin de semana vuelve a ser normal al estar con ellos. Te acostumbras a ver sus locuras y sus idas de olla hasta el  punto que llegas a darles la razón a sus pensamientos: " Igual no hay mañana".
 Éramos todos unos grandes desconocidos hasta que, gracias a dos nexos en común, los desconocidos fueron formando una gran familia. Y como familia, aprendimos a juntarnos en cada fiesta y en cada celebración. Nunca te paraste a pensar que otorgaban en tu vida, formaban parte de tu día a día y todo estaba bien así.
Pero, siempre hay algo más en el fondo. Un resquicio que tarda en salir a la superficie. Una mota de polvo casi invisible. Un detalle inverosímil, una mirada que sobresale intensamente del resto, un gesto de más y varias copas enturbiando la mente.
No hizo falta más. Solo un pequeño impulso. Ahora para ti escuchar la cabalgata de las walkirias ya no significa oír una vez más la banda sonora de Apocalypse Now, caminar bajo la lluvia sin rumbo ya no te parece tan inútil y absurdo como antes y verle a él, como siempre fue, pero distinto. Tan diferente al resto, tan como solo podría ser él, sin verguenza de nada ni de nadie.  Solo pidiéndole a la vida que le dé sensaciones nuevas que probar cada día, hace que cada día sea un poquito más importante para ti haber conocido a esas personas.
Y hoy, nueve de noviembre, no es el primer aniversario que le felicitas, pero sí que puede que sea uno de los más especiales. Porque hay veces, que la gente que menos te lo esperas, es la que más te sorprende.
Feliz cumpleaños

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